La palabra justificación
significa absolver, declarar
justo, y proporcionar sentencia favorable en un juicio. Esto lo hizo Jesús por
ti y por mi, entregándose en la cruz por las culpas suyas y las mías.
Pero muchas veces vemos personas que piden una y
otra vez perdón a nuestro padre Dios por una culpa, por una falta cometida y
vemos como esta persona se carga y permanece recordando una y otra vez aquello
que hizo mal o lo que pudo o debió hacer y no hizo, la ofensa que le hizo a
alguien; y nos olvidamos de que Dios desde el mismo momento que nos humillamos
a sus pies y confesamos nuestro pecado nos perdona, él renueva esa misericordia
para nosotros, tal y como dice la palabra en Miqueas 7:18-19 “volverá a compadecerse de nosotros, destruirá
nuestras culpas y arrojará al fondo del mar todos nuestros pecados”. Aquí no solo se refiere a un pecado, dice “todos”, cuan
perdonador es nuestro Dios, cuan grande enseñanza del perdón.
Hoy el Señor desea que sueltes esa pesada piedra
que llevas atada a tu cuello y a tu mente, eso que hiciste en el pasado que
permites que el maligno traiga a tu mente una y otra vez para que te culpes,
para que pierdas tu gozo, para que te consideres indigno delante de Dios de
entrar a su presencia, de conversar con el y abrirle tu corazón.
Hoy el Señor te dice que ya él te justificó ósea
te declaró inocente, desde el mismo momento que dispusiste abrir tu corazón y
pedirle perdón por aquella falta. Mujer ahora perdónate tu misma, entiende que
eso que cometiste ya es parte del pasado, tu hermoso y amado padre lo tomó y lo
tiró al fondo del mar, lo ha borrado de tu vida y el desea que empieces a
abrazar todas las maravillas que él tiene para ti, todas las cosas bonitas y
nuevas que él ha preparado para ti. Gózate, regocíjate y ahora haz tu parte dejándote
dirigir por Dios para que no repitas aquella falta de nuevo, para que no
vuelvas a caminar por donde ya caminaste, para que no vuelvas a caer donde caíste,
para que ahora esas hermosas vestiduras blancas que Dios te ha colocado no sean
ensuciadas.
Mujer perdónate a ti misma, compréndete a ti
misma, quiérete a ti misma, deja de ser tan dura contigo misma, deja de maltratarte tu misma, deja
de descalificarte tu misma por lo que ya no existe, por lo que quedó en el
pasado, por lo que Dios ya perdonó.
Que en este día recuerdes que eres un diamante
que fue lavado y que esas manchas ya fueron borradas por tu dueño llamado Jesús,
que delante de ti Dios pone una nueva oportunidad para hacer las cosas bien,
como a él le gustan.
Recibe esa justificación que Dios ya te dio en la
cruz del calvario donde cargó y fue molido por tus pecados y por los míos y te regaló vida
eterna, renovación y su precioso perdón.
Dios te bendice!!