En nuestra sociedad nos encontramos con mujeres que por situaciones que
se le han presentado en sus vidas, por costumbre de sus hogares, por presiones
de otras personas, por exigencia de sus obligaciones o por que la vida las ha
llevado indirectamente a esto; han tenido que vivir tomando decisiones por lo
que ellas creen y entienden que es lo mejor para sus vidas, para sus casas,
para sus carreras, para su familia, para su futuro. Muchas veces estas
decisiones se ven y están muy distantes del plan que Dios ha trazado para
ellas.
En esta mañana nuestro Señor Jesús desea hablarnos de lo que es una Mujer virtuosa o Mujer de virtud; Aquella mujer que permite que sea el Señor que la guie en cada situación,
aquella mujer que ha permitido que el Señor la moldee sin importar lo fuerte
del proceso, aquella mujer que ha preferido decir que no a alguna propuesta que
tal vez se veía muy buena y que seria el principio de algo nuevo en su vida por
agradar y obedecer a Dios, aquella mujer que ha sabido permitir que Dios elija
quienes son sus compañeras (amigas) de camino y no permanecer con amistades destructivas,
aquella que sabe callar y orar para
mantener la paz en su hogar, aquella que prefiere honrar a su esposo en vez de
salirse con la suya, aquella que busca cuidar de sus hijos y de las
responsabilidades que Dios ha puesto en su vida antes que pensar en los
deleites del mundo, aquella que ha decidido permitir que sea el Espíritu Santo
que use su boca, Aquella que edifica cada vez que opina y que habla, aquella
que da un consejo sabio basado en la santa palabra de Dios, aquella que vive y
busca el rostro del Señor cada vez que tiene la oportunidad, aquella que entendió
que para poder seguir, que para poder ser una mujer plena, sabia, una mujer
feliz, una mujer bendecida, victoriosa y exitosa, necesita vivir de rodillas
delante del Maestro Jesús.
La Santa palabra de Dios en proverbios 31:10 nos dice: “Mujer virtuosa
quien la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas”.
Hoy el Señor te dice amada mujer que para que todo; en tu casa, en tu
hogar, en tu vida marche conforme a su palabra, debes entregarle las llaves y el timón a Jesús
y todo irá conforme a su hermoso plan.
Amada, déjate dirigir por Dios, permite que él te guíe, que él te
moldee, que él sea el motor, la luz, la sal, la paz, el gozo, la quietud, la
calma y el renacer de tu vida.
Dios te bendiga mujer de virtud y que la gloria de Jehová repose sobre
tu casa.