jueves, octubre 25, 2012

Manteniendo tu palabra!


En el libro de Génesis en el capitulo 38, se nos habla de Judá quien era el cuarto hijo de Jacob, el cual había procreado con su esposa lea. Este se había marchado a otra tierra y había tenido hijos y había dado a su primer hijo en casamiento pero éste murió por hacer lo malo delante de Jehová. De acuerdo a la ley de levirato que existía en los tiempos bíblicos; si un hermano moría sin dejar descendencia se debía dar su hermano a la esposa que dejaba para que procrearan a nombre del difunto. (Lee Dt. 25:5-10), así se hizo en éste caso y se le entregó a la sierva Tamar por esposo al segundo hijo de Judá llamado Onán, pero este también hizo lo incorrecto ante los ojos de Dios y murió, al quedar Tamar viuda, su suegro Judá le da su palabra que desde que su tercer hijo llamado Sela estuviera en edad oportuna, lo daría a ella como esposo. (Puedes seguir leyendo en Génesis 38:1-30).

Judá no cumplió con su palabra y Tamar la viuda veía como sela crecía y que no se lo entregaban como esposo por lo cual obró de forma incorrecta; vistiéndose de prostituta y así acostarse con su suegro bajo engaño y procrear hijos de éste (y lo logró). Amadas, Muchas veces damos nuestra palabra y hacemos una promesa a alguien y con ligereza luego olvidamos ese pacto de boca que hicimos con esa persona y lo rompemos o cambiamos de parecer, y lamentablemente provocamos situaciones no muy gratas a nuestro alrededor simplemente por que hablamos o prometimos con ligereza o no le dimos valor a lo que nosotras mismas hemos hablado.

En este día el Señor nos pregunta; ¿Cuan valiosa es tu palabra para ti misma? ¿Que valor le das a lo que prometes, con lo que te comprometes o aquello para lo cual das tu palabra? , en el mundo actual hemos dejado de darle valor a todo lo que sale de nuestra boca y muchas veces actuamos como seres hipócritas e inconscientes porque a veces damos nuestra palabra con tanta seguridad pero en el fondo sabemos que no cumpliremos y que la estamos dando para salir del paso, para salir de una confrontación en la que estamos, para salirnos con la nuestra, para resolver una situación que se presentó y pensamos que lo mejor es decir lo primero que nos llegue a la mente pareciendo que estamos dando seguridad y seriedad con lo que decimos.

Hoy el Señor nos insta a que cuidemos nuestro hablar, que entendamos que como representantes y embajadoras del Reino, debemos cuidar todo lo que hablamos y debemos pensar que Dios respalda todo lo que decimos porque él ha puesto poder en nuestras palabras, pero además, ¿imagina usted que Dios siendo justo respaldará un compromiso de palabra que hemos hecho si en el fondo no teníamos la intención de cumplirlo o que con el tiempo le restamos valor al compromiso y simplemente lo olvidamos? ¿Cree usted que DIOS PADRE, el TODO PODEROSO, tendría doble cara o que respaldaría a la ligera cualquier palabra que sus embajadores dijeran?

Pues le informo que en Santiago 5:12 se nos dice: “Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación”. Hoy él nos confronta y nos dice: “No seas ligera en tus palabras, honra los compromisos que adquieras a través de tu  boca, demuestra que eres una fiel embajadora de mi Reino y que la gente cuando te escuche hablar y cuando te vean tengan la certeza de que eres una mujer recta, honorable, que habla verdad y que cumple cada una de sus palabras, para que así yo pueda respaldar tus palabras y no dejar caer ninguna de ellas al suelo sino que te ponga en alto porque hablas conforme a mi palabra y que andas, te manejas y hablas en integridad y rectitud’.

Vamos a pedirle en oración al Señor que a partir de hoy nos ayude a no andar prometiendo, ni comprometiéndonos, ni hablando a la ligera sino que seamos mujeres de peso, dignas representantes del Reino, de confianza. Que cuando hablemos, las personas tengan la certeza de que nuestra palabra es veraz y confiable, que digan de nosotras para la gloria de Dios; “Le creo porque es una mujer de palabra”.

Dios te bendiga en este día mujer y recibe lluvia de bendiciones sobre tu vida!