domingo, diciembre 09, 2012

¡Perdona!

En el libro de Mateo 18:21 se nos dice: "Entonces Jesús se le acercó a pedro y le dijo: Señor,  ¿Cuantas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mi? ¿Hasta siete?. Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete". 

En este versículo nuestro señor no le está diciendo a pedro que existe un limite para perdonar, sino mas bien que no llevára cuenta del agravio ni de cuantas veces le has extendido el perdón a tu ofensor. Cuando nuestro maestro establece "Aun hasta 70 veces 7", no te dice que te limites  en perdonar sino que vayas mas allá. En los antiguos tiempos bíblicos los rabinos solían enseñar que se debía perdonar tres veces al ofensor, mas Jesús nos dice que no existe limite para el perdón

Que es el perdón? Proviene de la palabras griegas Násá que significa levantar, quitar la culpa y de la palabra Káfar que significa cubrir, ocultar, soltar.  En el griego significa dejar ir, cancelar.

Amadas, Mientras no perdonamos al que nos falló lo mantenemos apegado a nuestro corazón,  vamos llevando esa carga, no hemos soltado y cada vez que vemos a esa persona y ya sea que nos la mencionan o que venga a nuestra mente esta, inmediatamente recordamos lo que nos hizo, se revive una herida que realmente no había sido sanada. Esto te mantiene apegada al pasado, aferrado a algo que ya pasó, cautiva de algo que dolió.  Vemos que este recuerdo puede producir tristeza, en algunos casos ira, resentimiento, dolor, que luego se transforma en amargura. 

A veces vemos personas que nos dicen que ya perdonaron a tal o cual persona pero también nos dicen que no olvidan la ofensa, vemos otras que dicen que ya perdonaron la ofensa mas en el momento de oración le piden a Jehová que les haga justicia, otras expresan abiertamente que no pueden ver ni escuchar que se les nombre a esa persona porque inmediatamente reviven la ofensa como si acabara de ocurrir cuando tiene tal vez bastante tiempo de acontecido. En ninguno de estos casos la persona ha perdona porque cuando realmente perdonamos olvidamos y soltamos el dolor. También cabe mencionar que la santa palabra de Dios establece que hagamos con los demás como deseamos que estos hagan con nosotros, entonces que mejor que perdonar y orar para que Dios bendiga a esta persona que nos ha herido.

Amada, "Mientras nos mantengamos sujetos a la herida que otros nos causaron, permaneceremos sujetos al pasado".

En Hebreos 12:15 se nos dice: "Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados.  Ten cuidado si estas alimentando un viejo resentimiento por una herida causada y esto provoque que te alejes de Dios, que pierdas esa intimidad, esa relación especial con él y tu oración tenga estorbo.

"Cuando el Espíritu Santo llena nuestra vida, puede sanar la herida que causa la amargura". Entrégale al Espíritu Santo de Dios esa herida, ese dolor, ese resentimiento, confiesale lo que llevabas en tu corazón y permite que el lo sane.

Mateo 5:23-24 dice: "Por tanto si traes tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar y anda, reconciliate primero con tu hermano y entonces ve y presenta tu ofrenda". Aquí no solo se nos habla del momento de depositar en el alfolí nuestra ofrenda o diezmos sino también se esa ofrenda especial de alabanza y adoración que le damos al señor cuando entramos a orar, a hablar con el, ese tiempo de reverencia y conversación especial que tengo con él.

Amadas, antes de venir a buscar su rostro en oración debemos procurar estar en paz con los demás; si debemos pedir perdona primero por algo que ofendió a otro hermano vamos a hacerlo, la palabra establece que en cuanto dependa de mi mantenga la paz con todos y que mejor que antes de conectarnos a conversar con el, hayamos puesto en orden con nuestros hermanos y con los que nos rodean todos nuestros asuntos.

Amada, Si digo que amo a Dios y aborrezco a los hombres soy mentiroso, porque si no amo a mi hermano que veo como entonces amo a Dios que no veo? esto lo dice la palabra en 1ra de Juan 4:20. Por tanto este es el tiempo de que perdones, que seas libres, que te des el regalo de vivir en paz con todos lo que te rodean, que tu paz y gozo no dependan mas de otra persona o de un recuerdo, que ames como Dios te ama.

Vamos a limpiar nuestras vestiduras, vamos a rendir aquellas actitudes que han estado en nuestras vidas por tanto tiempo, aquello que no nos permite ser libres y vivir a plenitud esa vida de gozo y paz que recibimos en Cristo Jesús. Soltemos esa mochila, ese bulto que hemos estado cargando por largo tiempo, seamos libres en Cristo Jesús, suelta al que te enganó, al que te robó, al que te difamó. Permitamos que Jesús nos sane con su toque especial, entreguemosle esa herida, confesemos la culpa, el resentimiento que hemos estado llevando en nuestros corazones y rindamonos ante él y él hará, él nos perdonará y restaurará y pondrá en nosotras amor por aquel que un día nos ofendió.

Efesios 4:31-32 dice :"Quítese de vosotros toda ira, amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia y toda malicia, antes sed benignos unos con otros como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo".  El Señor perdona nuestros pecados y los lanza al fondo del mar y no los recuerda mas, hagamos lo mismo con los demás y manifestemos su perdón a través de nosotros y su amor.

Amada, Cuando recibas una ofensa; decide perdonar y serás libre! 

Dios te bendiga en este y todos lo días de tu vida...