Cuando asistimos a ver alguna presentación,
solemos al final o en el intermedio de la misma dar un aplauso como muestra de
agrado y respeto a lo que estamos presenciando, a lo que estamos viendo. Con
ese aplauso le estamos diciendo que nos gusta lo que dice, canta o personifica
y que nos gustaría que continuara. Así mismo en muchas ocasiones estamos por la
vida caminando y obrando de acuerdo a los principios que nos inculcaron en la niñez
y otras veces conforme a los principios bíblicos, conforme a lo que sabemos que
es lo bueno y correcto.
Hoy el Señor nos insta a caminar
de forma que le agrademos a él, que hablemos lo que a él le agrada, que enseñemos
a otros con nuestro ejemplo lo que es bueno y correcto. Que tratemos por todos los medios de ser luz
en medio de las tinieblas, que llevemos paz a donde solo hay pleitos y
divisiones, que hablemos verdad donde reina la mentira, que hagamos el bien
donde abunda el mal, que mostremos perdón hacia aquellos que no saben perdonar,
que seamos sal donde ya se perdió el sabor, la esencia, la vida.
La palabra de Dios dice que los
ojos de Jehová (Dios) recorren la tierra, es decir que el nos ve. Cuando
obramos correctamente él se agrada de nosotros, renueva nuestras fuerzas y nos
cubre con su manto para que sigamos haciendo lo bueno.
Yo lo llamo darme un aplauso
cuando siento su paz sobre mí al darle una palabra de aliento a alguien que así
lo necesitaba, cuando levanto una oración por aquel que la necesita, cuando le
extiendo una mano al que está caído,
siento como si él me aplaudiera y me dijera: “Animo, sigue hacia adelante, este
mundo necesita más amor, comprensión, paz, tolerancia, no te canses y muestra
lo bueno que yo he puesto en ti”.
Hoy Dios te insta a que muestres
lo bueno que él ha puesto en ti, ama al que te rodea, perdona al que te ha
fallado, corrige con amor al de pasos extraviados, ora por los que hacen maldad,
has obra de reconciliación entre las familias divididas, ayuda a otros que
necesitan un consejo para cambiar sus vidas, dales de comer a aquellos que no
tienen empleo y necesitan ayuda. Diles que no están solos a aquellos que hoy se
sienten desamparados, comparte con otros lo que Dios te da cada día.
Se una luz, se la diferencia y
Dios seguirá abriéndote puertas para que seas canal de bendición para otros.
Recibe un aplauso y sigue adelante….
Dios te bendice!