martes, junio 25, 2013

Iguales a sus ojos!!!!

En el mundo donde vivimos, se suelen formar, crear grupos sociales llamados clases. Aquellos que entienden que poseen un nivel socio económico más alto, crean o se agregan a grupos que consideran (a su entender) que son de su mismo nivel o clase social. Así mismo se cataloga a otro grupo como que están dentro de una clase mediana un poco inferior a la alta, los cuales también suelen buscar sus iguales (a su entender) o se agrupan a clases que ellos entienden mayores a ellos y formando muchas veces una especie de círculo.

El problema surge cuando se empieza a hacer acepción de personas, a excluir personas de su entorno porque a veces se entiende que no es de su mismo nivel o clase social. Empezando así una especie de elección donde se busca su apellido, abolengo, herencia, influencia social o dentro de un circulo determinado, su nivel de fluidez y/o estabilidad económica, entre otras variables, dando lugar a que se le diga a algunos: ¡Usted si califica y usted no califica!

Hoy el Señor Jesús nos recuerda, que él nos creó a  todos iguales. Que él siendo el Rey de Reyes, jamás se creyó superior a nadie por su condición de ser el hijo de Dios y salvador del mundo, sino que decía que el vino a servir. Hoy él nos recuerda que su deseo es que nos amemos los unos a los otros como él nos amó. Hoy el nos recuerda que nos debemos tener más alto concepto de nosotros mismos que el que debemos tener, y menos con relación a otra persona. Él nos dice que a su imagen y semejanza el nos creó.

Él desea que tú seas prosperada en todas las cosas y te recuerda que él es quien da el poder para hacer las riquezas. Hoy él nos recuerda que esa prosperidad, esa bendición, esa riqueza que podamos recibir de él, no debe ser jamás motivo para considerarnos ser mejores personas que otros, para mirar a los demás por encima del hombro porque nos consideremos “superior”.

Él nos recuerda que el mira de lejos al altivo, mas su comunión es con los humildes.  Los humildes, aquellos que entienden que todo lo que poseen se los ha dado Dios, y que la condición que puedan poseer en su familias, en sus vidas, nos los hace diferentes o superiores a otros, sino que trata a los demás como sus iguales y que podría utilizar lo mucho que ha recibido de Dios, para ayudar a los que poseen menos, a los que están en condiciones económicas de escasez, de necesidad, pero sin sentirse “superior”. Sino entendiendo que: ¡A esa otra persona y a ti, los creó Dios! Y la única diferencia radica en que posees algo que esa otra persona no, donde esa persona vive y donde tú vives y quizás otra condición. Pero después de esto ambos poseemos una cabeza, ojos, manos, pies, corazón y  otros órganos internos. Y todos algún día moriremos, unos antes y otros después, pero esta vida pasa y todos, absolutamente todos: “Ricos y Pobres”, tendremos que comparecer ante el juez del mundo, JESUCRISTO y tendremos que dar cuenta de todo lo que hicimos en esta vida, de igual forma, TODOS.

Hoy es el mejor momento para que dejemos los estigmas y paradigmas sociales. Despojémonos de las clases sociales que llevamos en nuestros corazones, y amémonos más, compartamos más los unos con los otros, edifiquémonos unos a otros en el amor de Dios. Compartamos un poco de lo que podamos tener con aquellos que tienen menos. Permitamos que Cristo sea en nosotros.

Cristo vino a sanar lo enfermo, a liberar al cautivo, a levantar al caído, a perdonar nuestros pecados, a dar amor al que estaba necesitado y a enseñar a amar a los que tenían odio. A traer paz al desesperado, a dar luz al que estaba en tinieblas. Él no vino a humillar a unos por debajo de otros, él no vino a decir que unos son mejores que otros, él no vino a dividir a las personas, él no vino a apoyar a los altivos, soberbios, arrogantes, prepotentes, orgullosos, avaros. Él vino a cambiar nuestros corazones y a mostrarnos que la humildad es lo que agrada a sus ojos.

Entremos a su presencia y pidámosle que nos haga cada día mas semejantes a él, que muramos al hombre que somos ahora, que interioricemos en nuestros corazones que a tus ojos hermosos, Dios padre amado, “Todos somos iguales”.

Te dejo para leer, Mateo 20:25-27, Romanos 14:10, Proverbios 28:21, Romanos 2:11, Romanos 12:3, Salmos 138:6.

Dios te bendice abundantemente!!