Las personas solemos tener, conservar y hacernos opiniones de todo lo que vemos. La mayoría surge de lo que se muestra ante nuestros ojos físicos, es decir de lo que parecen. A veces nos apartamos de algo o de alguien simplemente por la apariencia, por lo que creemos que es simplemente por lo que refleja en lo exterior. Algunos han terminado y rechazado grandes ofertas de progreso, relaciones laborales, espirituales, sentimentales y de amistad, que pudieron haber sido productivas, fructificantes, de gran bendición para sus vidas, simplemente porque le pareció que no tenían futuro, que no se veían bien, que no aparentaba ser bueno o que fuera a producir algo de provecho, pero con el tiempo se dieron cuenta de que su apreciación de las cosas era errada.
Hoy el Señor nos recuerda que él no mira lo que el hombre ve pues el hombre solo ve el exterior, más Dios mira el corazón. Hoy él nos insta a que dejemos de depender del exterior, de lo físico, de las apariencias y que empecemos a depender más de lo que él nos dice en su palabra, de su consejo para nuestras vidas, de lo que él nos dice que es bueno y malo, de que él nos muestre la esencia de cada persona, lo que habita en su corazón, porque Dios conoce cada corazón. El conoce el futuro, él conoce lo oculto. El conoce a donde te llevará lo que ahora vives, conoce porqué camino te puede ir mejor, conoce con quien debes asociarte, cuando, por qué y para qué. El conoce donde y que debes comprar para invertir, con quien debes casarte y cuando hacerlo, en fin tenemos a un Dios Omnipresente, omnipotente y omnisciente. Que todo lo ve, lo sabe, lo conoce, lo puede, lo escucha y que está en todas partes porque él es DIOS SOBERANO.
Hoy es tiempo de cambiar nuestra visión limitada y permitir que Dios coloque la de él. Hoy es el mejor momento de dejarnos instruir por él para que lleguemos a ese puerto seguro, para que no perdamos por un pensar equivocado, las buenas y nuevas oportunidades que Dios tiene para nuestras vidas. Ya basta de catalogar las cosas por cómo se ven, ya basta de terminar e iniciar nuevas cosas por el simple hecho de que a ti te parecen que no caminan bien. Ya basta de dejar cosas, proyectos, anhelos, metas a mitad, sin concluir por el simple hecho de que sientes que tienes tiempo tratando con eso y nada pasa. Hoy Dios desea que entiendas que antes de tomar cualquier decisión en tu vida, antes de descartar o aprobar y tomar algo que se te esté poniendo en frente o que tengas ya en tu vida, debes primero entrar a buscar el parecer del todo poderoso.
Dios te invita a entrar a orar, a hablar con él. Él desea que abras tu corazón, que le cuentes aquello que te interesa o que te están ofreciendo o que se te está presentando ahora en tu vida, que le digas lo que a ti te parece, pero que le digas a él que se lo rindes a sus pies porque deseas que él establezca su parecer en ti, que tu deseas que él establezca su visión en ti, que tu deseas que él te permita ver eso como él lo está viendo ahora. Dile que no te vas a apresurar en tomar, ni descartar nada a tu alrededor sino que vas simplemente a descansar en él, que vas a permitir que su Espíritu Santo fluya en ti y que su paz te llene, que vas a dejarte guiar por su excelente ojo de padre y por su conocimiento eterno y supremo de todas las cosas.
Después que hayas hablado con el rey, espera pacientemente y con tranquilidad. Él mismo te irá mostrando lo que viene de él y lo que no. Él te irá mostrando como aquello que parecía insignificante puede llevarte a una gran bendición. Él te mostrará la realidad oculta, te mostrará que vale la pena y que no lo vale, te mostrará lo oculto, lo falso y lo verdadero. Recuerda que la luz habita con él, Jesús es la luz del mundo y aquellos que le buscan, serán alumbrados. Recuerda que todo se sujeta a él y recuerda que todo le obedece a él.
Así que confía, descansa y vamos a rendir nuestra forma de ver las cosas y vamos a asumir la forma de ver de Dios.
Dios te siga bendiciendo!!
