lunes, agosto 06, 2012

¡Recupera tu primer amor!


Podemos hablar del amor; ese sentimiento que nos llena en determinado momento por personas que acompañan nuestras vidas, ese sentimiento que nos hace serle fiel a esa persona, ese sentimiento que nos mueve a buscar el refugio y la presencia de ese ser amado, de llevarla en nuestras mentes a cada momento del día y la noche, y con quien deseamos hablar constantemente. Esa clase de amor muchos la llaman que es porque estamos recién enamorados u otros dicen que es porque es un primer amor, pero que mejor primer amor que el amor por la presencia de nuestro Señor Jesús.

Primer amor por Dios; ese amor que nos mueve a orar en todo momento porque necesitamos escucharle; sentir su toque especial en nuestras vidas, ese amor que nos hace desear estar todo el día en su casa (iglesia) escuchando su palabra, ese amor que nos hace escuchar adoraciones constantemente y sentir que estamos tocando su trono con cada alabanza, ese amor que nos hace querer, anhelar, desear estar en sus cosas siempre; en su obra. Ese amor que nos hace desear vivir siendo ministrados por su presencia.

Todos y cada uno de nosotros cuando llegamos a los pies del señor hemos sentido este primer amor. Pero el problema surge cuando al pasar el tiempo sin darnos cuenta va menguando ese deseo que nos movía a buscar más y más del Señor. Suele producirse de forma progresiva y muchas veces de forma silente. A veces sin darnos cuenta llevamos un día completo sin orar, ya no esta el deseo de levantar nos igual para ir al culto a la cita con nuestro amado, ya tenemos dos días sin estudiar su santa palabra y así empezamos a envolvernos muchas veces en bendiciones que él nos ha dado o nos enfocamos en las pruebitas que suelen acontecer en la vida de los hijos de Dios.

En el libro de Apocalipsis 2:1-3 nos dice: “ Yo sé tus obras, y tu trabajo y paciencia; y que tú no puedes sufrir a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia por mi nombre, y no has desfallecido. Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor. ”. Aquí el Señor elogia el caminar de estos hermanos de esta iglesia pero les recuerda que han dejado que mengue ese fuego, ese anhelo por buscar mas y mas de su presencia y que sea ese amor Hacia él, el motor que los impulse a hacer todo lo que desean a favor de la obra y el reino de Dios.

Amada, no  como esta tu vida espiritual, no se como esta tu búsqueda por la presencia del que ama tu alma, de tu amado Jesús, pero hoy él te invita a renovar tu relación con el; a buscar de nuevo su rostro en oración con la misma pasión, deseo y hambre con el cual lo buscabas al principio de llegar a su camino. Hoy él te invita a estar un tiempo a solas con él y a que permitas que él te toque y renueve todo tu ser y toque ese corazoncito cansado y lo vuelva a llenar del anhelo de adorarlo y de alabar su nombre. El señor anhela que entres a su presencia ahora y que abras tu corazón a él, que le pidas con fe y rendición que deseas que produzca en ti un nuevo avivamiento, un nuevo fuego, un nuevo deseo que te consuma por estar en su presencia, por escucharlo hablar.

La santa palabra de Dios nos dice en hebreo 12:2  “puestos los ojos en Jesucristo; el autor y consumador de la Fe”, Sea lo que fuere que te haya robado tu primer amor; dígase circunstancias familiares, escasez, pruebas, dificultades, trabajo, ocupaciones, etc., debes hoy depositarlas ante el altar en oración y poner tus ojos en JESÚS el cual ya cargo en la cruz con nuestras enfermedades, dolores, tristezas, dificultades y dolencias.

Amada joya; recibe hoy renovación de tu vida espiritual, recibe hoy un cambio de visión, recibe hoy aliento de lo alto para adorar y alabar el santo nombre de Cristo Jesús, recibe hoy tu primer amor.   Pon tus ojos en el que da las bendiciones no en las bendiciones, pon tus ojos en el que sana la enfermedad no en la enfermedad, pon tus ojos en el que tiene las llaves de todos tus problemas no en el problema…Desde hoy deléitate y pon tus ojos en JESÚS.

Dios te bendice preciosa gema del altísimo.