martes, agosto 28, 2012

Siendo buenos mayordomos!


En mas de una ocasión hemos escuchado a personas cercanas a nosotros y a veces nosotras mismas, referirse a las cosas que poseen con ese sentido de propiedad y de posesión: “Mi carro, mi casa, mi ropa, mi hijo, mi esposo, mis zapatos que compré, mi cartera, mi laptop, mi iglesia, mi madre, mi ministerio, mi padre, mi negocio, mi empresa, mis proyectos” y de cierta forma entendemos que si, que efectivamente eso es mio, eso tiene un letrero imaginario que dice : “De mi propiedad”, pero el punto al que Dios desea hacernos referencia en este momento es que eso que creemos tener NO es nuestro, pues le pertenece a Jehová y él lo ha puesto en nuestras manos para que seamos simples mayordomos de lo que es de “ Su propiedad”.

Que es ser mayordomo?
Viene del griego Oikinomos, si separamos la palabra: oikos quiere decir casa y nomos se refiere a ley, entonces todo unido significa: administrador, superintendente, dispensador, tesorero de los bienes de la casa de otro. Es decir Dios lo ha puesto a usted como el administrador, encargado de cuidar correctamente todo lo que usted ve a su alrededor que entiende que es de su propiedad, pero que es de El (Dios).  Pero cuando nos referimos a un administrador se espera que el mismo ejerza dominio consciente, responsable, oportuno, prudente y equilibrado de esos tesoros que se les confía; que se le de buen uso.

En la Santa palabra de Dios en el libro de Colosenses 1:16 se nos dice: “Todo fue creado por El y para El, y mas adelante en el libro de Job 41:11 nos dice Jehová: “Todo lo que hay debajo del cielo es mio”. Poderosas afirmaciones de nuestro Señor; el motivo para que todo exista es El y Él es el único propietario absoluto de todo.

Que espera el Señor de nosotros? Que entendamos que debemos caminar con prudencia, que a partir de hoy comprendamos en nuestros corazones que como mayordomos (Encargados) designados por su inmensa misericordia para cuidar y manejar lo que hoy poseemos, debemos sentirnos privilegiados de que nos miró a nosotros y que sobre nuestros hombros existe una gran responsabilidad de hacer fructificar, conservar, cuidar, guardar, usar sabiamente eso que nos pone en las manos;  usarlo primero para bendecir a su reino y que antes de usarlo debemos preguntarle a El cual es el uso que el espera que le demos, como El espera que lo cuidemos, que El espera que hagamos con esto que nos confía.

Mire algo; si ahora a usted le dijera una persona: “Mira me gustaría que te hagas cargo de mi casa porque estaré unos días fuera”, usted antes de que esta persona se vaya le preguntaría: ¿Donde están los controles principales de las luces?, ¿Donde esta la conexión del agua?, ¿Donde están los números de emergencia?, ¿Cuando fue el ultimo día que fuiste al supermercado?, ¿Que usas para limpiar tus pisos?, ¿Puedo cambiar la decoración de tu sala?, ¿Puedo cambiar tu cama de lugar?, ¿Donde deseas que duerma?, ¿Como alimentas a tus mascotas?, ¿Que requieres que haga en general por tu casa?, Todas estas son preguntas lógicas porque la casa no es suya.

Igual pasa con lo que tienes en tu vida que Dios te lo ha prestado para que glorifiques su nombre en el uso de los mismos, si le muestras a Dios que lo que posees ahora lo sabes usar correctamente y que te dejas dirigir por El en la forma correcta de manejarlos, ten la seguridad que el pondrá en tus manos nuevas y mayores cosas para que las manejes, recuerda el versículo de Mateo 25: 14-30 donde un amo partió dejando su casa en el cuidado de  tres de sus (mayordomos) siervos, cuando este regresa, esperaba que los tres hubiesen cuidado y fructificado todo lo que les encomendó, pero veamos cual fue su reacción  con dos de sus siervos. Su señor le dijo: "¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Mas al siervo que no fue buen mayordomo y que actuó con irresponsabilidad este le dijo: Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí; debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses. Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos. Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.

Hoy el Señor espera que no desperdicies los recursos que ya él te dió, que seas consciente de que Él es el dueño y que nadie mejor que Él puede darte las instrucciones para usarlos sabiamente y cuidarlos.  El desea poner mas de lo que ahora tienes en tus manos, pero el desea ver que manejas bien lo poco que ahora tienes, y me refiero a poco porque comparado con lo que Dios desea darte lo es. Ven a su presencia y agradece el hecho de que él te haya designado como su mayordomo, abre tu corazón y exprésale que desde este momento todo lo que tienes, deseas ponerlo en sus manos y que le permites que desde hoy su corrección y sabiduría te guíen.

Dios te bendice grandemente y que su voluntad se establezca sobre ti!!