jueves, noviembre 29, 2012

¡Él te Justifica!

Leyendo la biografía de Martín Lutero y  lo que era el cristianismo en Alemania y Roma en su época,  me llamó la atención que resaltaba la palabra Justificación, pero no aquella que solemos usar cuando queremos cubrir una falta o adjudicarle a algo o alguien el error que hemos cometido en una ocasión, me refiero a lo que hizo el sumo maestro, autor y consumador de la fe nuestro Cristo Jesús cuando decide sacrificarse así mismo por nuestras culpas.

La palabra justificación significa absolver, declarar justo, y proporcionar sentencia favorable en un juicio. Esto lo hizo Jesús por ti y por mi, entregándose en la cruz por las culpas suyas y las mías.

Pero muchas veces vemos personas que piden una y otra vez perdón a nuestro padre Dios por una culpa, por una falta cometida y vemos como esta persona se carga y permanece recordando una y otra vez aquello que hizo mal o lo que pudo o debió hacer y no hizo, la ofensa que le hizo a alguien; y nos olvidamos de que Dios desde el mismo momento que nos humillamos a sus pies y confesamos nuestro pecado nos perdona, él renueva esa misericordia para nosotros, tal y como dice la palabra en Miqueas 7:18-19 “volverá a compadecerse de nosotros, destruirá nuestras culpas y arrojará al fondo del mar todos nuestros pecados”. Aquí no solo se refiere a un pecado, dice “todos”, cuan perdonador es nuestro Dios, cuan grande enseñanza del perdón.

Hoy el Señor desea que sueltes esa pesada piedra que llevas atada a tu cuello y a tu mente, eso que hiciste en el pasado que permites que el maligno traiga a tu mente una y otra vez para que te culpes, para que pierdas tu gozo, para que te consideres indigno delante de Dios de entrar a su presencia, de conversar con el y abrirle tu corazón.

Hoy el Señor te dice que ya él te justificó ósea te declaró inocente, desde el mismo momento que dispusiste abrir tu corazón y pedirle perdón por aquella falta. Mujer ahora perdónate tu misma, entiende que eso que cometiste ya es parte del pasado, tu hermoso y amado padre lo tomó y lo tiró al fondo del mar, lo ha borrado de tu vida y el desea que empieces a abrazar todas las maravillas que él tiene para ti, todas las cosas bonitas y nuevas que él ha preparado para ti. Gózate, regocíjate y ahora haz tu parte dejándote dirigir por Dios para que no repitas aquella falta de nuevo, para que no vuelvas a caminar por donde ya caminaste, para que no vuelvas a caer donde caíste, para que ahora esas hermosas vestiduras blancas que Dios te ha colocado no sean ensuciadas.

Mujer perdónate a ti misma, compréndete a ti misma, quiérete a ti misma, deja de ser tan dura contigo misma, deja de maltratarte tu misma, deja de descalificarte tu misma por lo que ya no existe, por lo que quedó en el pasado, por lo que Dios ya perdonó.

Que en este día recuerdes que eres un diamante que fue lavado y que esas manchas ya fueron borradas por tu dueño llamado Jesús, que delante de ti Dios pone una nueva oportunidad para hacer las cosas bien, como a él le gustan.

Recibe esa justificación que Dios ya te dio en la cruz del calvario donde cargó y fue molido por tus pecados y por los míos y te regaló vida eterna, renovación y su precioso perdón.

Dios te bendice!!