Diariamente tenemos la
oportunidad de usar un hermoso miembro que el Señor nos regalara llamado
lengua, cuantas veces podemos usarlo para bendecir la vida de una persona, para
dar buenas noticias, para desearles cosas buenas a los demás, para decir lo
correcto, para dar una palabra oportuna. Pero existen ocasiones donde el
momento requiere que simplemente callemos, que guardemos silencio, que
permitamos que la otra persona se exprese y que simplemente seamos oidores y
observadores.
En el libro de Santiago 1:19 se
nos cita; “Por tanto todo hombre sea pronto para oír y tardo para hablar”. Nuestro
Señor anhela que aprendamos a discernir el momento oportuno en el que debemos
abrir la boca y dar una palabra, el momento oportuno para decir algo que edificará,
que nos ejercitemos en prestar atención con amor a lo que una persona nos esta
expresando; dígase alguna preocupación, situación personal, pensamiento o
sentimiento y que soltemos ese impulso o deseo que muchas veces nos llega de
querer dar respuestas precipitadas sin antes meditar en ellas. Muchas veces
nuestro padre celestial tiene un hermoso plan para una persona cercana a
nosotros pero él desea que no hablemos en nuestro tiempo sino en el tiempo de él,
él desea muchas veces que callemos ante una acusación o malentendido porque él
sabe cuando y como mostrará el lado correcto de las cosas.
En proverbios 25:23 se nos dice; “El hombre se alegra con la respuesta
de su boca; y la palabra a su tiempo
cuan buena es”, en este hermoso día el Señor Jesús desea hacernos entender y
que tomemos consciencia de que no todo lo que llega a nuestros oídos es para
que lo digamos a otros, que no todo lo que el mismo nos dice para alguien debo
decirlo cuando así lo creo, que no siempre debo tener una respuesta para las
preguntas de una persona, qué existen
momentos donde por una respuesta dada inoportunamente nos convertimos en
esclavos de algo o de alguien, en otras ocasiones respondemos sin pensar y dañamos
el momento provocando tal vez una discusión, un malestar, un mal entendido, o
impidiendo que Dios obre de la forma que él entiende que es la mejor.
Hoy es el día de pedirle al Señor
que nos ayude a ser tardos para hablar, que nos enseñe a aprender a callar, que
nos enseñé a ser prudentes; hablando en el momento oportuno y lo que edifique a
los que me rodean y que agrade a Dios. Hoy es el mejor momento de entregarle en
oración nuestra boca al Señor y pedirle que nos haga seres conscientes de que
tenemos un miembro poderoso llamado lengua y que por lo tanto deseamos usarlo
bajo la guianza y dominio del santo Espíritu de Dios.
Vamos amadas princesas a
ejercitarnos en permitir mas que los demás se expresen y que antes de responder
le digamos al Señor; “Dirige tu mis respuestas, mi boca y mis conversaciones y enséñame
a ejercer y ejercitar el dominio propio en mi vida. Ayúdame a ser
una mujer que abre su boca con sabiduría y que sabe cuando callar y dar respuestas sabias y oportunas
en el nombre de Jesús, amen”.
Dios te bendiga y siga llevándote
de la mano cada día de tu vida!
1 comentario:
Mujer bendecida,
Deseamos orar por ti, déjanos tu comentario!!
Se bendecida!!
Publicar un comentario