"Y después de que hayamos padecido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda gracia que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, él mismo nos restaurará y nos hará fuertes, firmes y estables". 1ra de Pedro 5:10
Cuando vemos a las personas que se ocupan de envolver regalos en las tiendas, podemos fijarnos en el detalle con el que envuelven y adornan cada paquete; Siempre se aseguran de elegir el papel adecuado, se ocupan de que los cortes del papel queden perfectos, de que estén rectos y con buena apariencia, cuidan que los bordes queden bien alisados y uniformes y de que la cinta que le envuelve no quede a desnivel sino derecha y con buen largo.
Eso mismo hace el Señor con nosotras cuando llegamos a sus pies, cuando le permitimos obrar en nuestras vidas, cuando le damos el permiso para que cambie todo aquello que él considera que no nos suma, que no nos aporta, que no permite que él muestre su gloria en nosotras.
Jesús nos va moldeando, va cubriéndonos de su mansedumbre, va llenando nuestro corazón a través del Espíritu Santo; de gozo, paz, tranquilidad, humildad, mansedumbre, afabilidad, paciencia, bondad, benignidad, fe, esperanza, caridad, gratitud, bondad, para que todo esto lo podamos manifestar hacia otras personas y podamos edificar sus vidas mientras la nuestra es sumamente bendecida por el toque renovador del maestro.
Recuerda hoy amada mujer, que cualquier circunstancia que pudieras estar viviendo hoy, es simplemente el detalle que Dios está usando para cortar, quitar, alinear, enderezar, embellecer, moldear, pulir en ti lo que está en tu vida que él necesita que este acorde para él plan, para el propósito hermoso que él ha diseñado que debe ser tu hermosa vida, todo esto al final te formará en una mujer fuerte, firme, estable, segura y madura.
Gózate hoy porque los detalles del maestro contigo son sumamente especiales y tú para él eres especial y única. Mira a partir de hoy cada situación en tu vida como un simple trampolín que te está ayudando a subir al nivel donde Dios te desea llevar....
Que la Gloria de Dios te cubra con su poder todos los días de tu vida, preciosa mujer, en el nombre de Jesús, Amen.
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